Las operaciones de ranurado, corte, confección de bolsas, moldeo por inyección y otros procesos de producción que implican el uso de papel, películas de plástico y otros materiales plásticos, generan o atraen partículas que contaminan el producto. Durante el transporte a lo largo del proceso de producción, el producto entra en contacto y se vuelve a separar con distintos componentes de la máquina, generando electricidad estática que provoca que la suciedad se adhiera a la superficie. Cuanto mayor es la velocidad de procesamiento, más se complican los problemas explicados arriba. Las superficies contaminadas ocasionan fallos en la impresión, la uniformidad de los recubrimientos, el laminado, etc., que se traducen en problemas de calidad, rechazos costosos y, por último, clientes insatisfechos.